Mucho hemos leído y escuchado sobre el Modern Workplace, término que Microsoft utilizó para designar el cambio cultural y la nueva forma de trabajar de las empresas. Bien es cierto que la pandemia del COVID-19 ha acelerado su protagonismo, también apoyado en la digitalización, pero ¿Realmente conocemos sus dimensiones? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Por qué apuestan por este cambio las empresas?
Dimensiones del Workplace
Antes que nada, me gustaría comentar las dimensiones que abarca el Workplace, o aquellos cambios que facilitan tener un Modern Workplace:
- Dimensión física: consiste en diseñar y ofrecer a nuestros trabajadores centros de trabajo versátiles, que cubran nuevas necesidades y fomenten la comunicación entre empleados/as.
- Dimensión digital: consiste en apoyarnos en instrumentos digitales que faciliten las labores del personal de la empresa, fomentando la colaboración, flexibilidad y seguridad.
El objetivo de estas dos primeras dimensiones es mejorar el «employee experience» y a su vez, ser también un signo de valor de la compañía como atracción del talento. En resumen, espacios en los que estar «a gusto» trabajando y que fomenten las relaciones, la sostenibilidad y la innovación.
Dimensión cultural: ¡NO DEBERÍAMOS QUEDARNOS EN LAS DOS PRIMERAS! El cambio cultural, de liderazgo, de forma de relacionarnos, quizá sea el cambio más profundo y eficiente que generan las dos primeras (física y digital). El Modern Workplace debe ser una revolución en la cultura de la empresa, llegando a cambiar la forma de relacionarnos.
Entorno Modern Workplace VS OLD Workplace
Y aquí es donde me gustaría añadir un extra, las dimensiones mencionadas anteriormente son necesarias, pero el motor para el cambio de un entorno de trabajo «OLD» a uno «MODERN», está en tener agentes que lideren este cambio, a personas que sean capaces de unificar a todo un equipo y no quedarse en el cambio de muebles o de un software, por ello es de vital importancia el tener fijado y previsualizar el resultado.
Las empresas, deben adaptarse, incluso ir por delante, en los cambios sociales, de hábitos y de necesidades de clientes y sociedad. Por ende, los entornos de trabajo también deben adaptarse a esas nuevas necesidades, pero ¡cuidado! todo tiene sus pros y sus contras. La evolución a Modern Workplace es beneficiosa siempre que sea acompañada del cambio cultural y tecnológico necesario. De lo contario, seremos una caricatura de lo que pretendemos ser como empresa. Usando anglicismos, el Modern Workplace es motor diario de ENGAGEMENT del empleado/a y parte fundamental del EMPLOYER BRANDING de la empresa.
El fin del Modern Workplace es cambiar el paradigma hacia organizaciones que sean más abiertas, sostenibles, participativas, que fomenten la cooperación e innovación, con nuevas formas de comunicarse más diversas y rápidas, que estén digitalizadas y con una gestión del conocimiento integral, abierta y colaborativa, al fin y al cabo, buscamos entornos adaptativos de forma rápida en lo digital y en lo físico.