Emilio Masa, Head of HR Division en Wyser para Capital Humano «La transformación en las organizaciones: personas, tecnología y procesos»
Cuando hablamos de transformación en las organizaciones, directamente centramos nuestra idea en la era digital, es decir hablamos de transformación digital. Algo que ya es una realidad en la que vivimos, queramos o no.
Pero, un momento ¿estamos enfocando la transformación únicamente desde la digitalización? Esto me ha llevado a pensar y reflexionar sobre lo que supone realmente la transformación. Es evidente que la digitalización ya está presente prácticamente en todas las actividades y sectores empresariales. De hecho estos días vivimos una fuerte crisis en el ámbito de la movilidad que afecta al taxi y a los Vehículos de Turismo con Conductor (VTC), donde sin entrar en la controversia, ya es evidente la existencia de una transformación que afecta directamente a las empresas de movilidad. Creo que puede ser un ejemplo más para reflexionar en cómo el mundo está cambiando y atender al complejo proceso de transformación presente en el que vivimos.
En mi opinión, hablar únicamente de digitalización, no sería del todo acertado, ya que la transformación de las organizaciones se apoya en tres palancas: las personas, la tecnología y los procesos. Si queremos transformar realmente nuestras organizaciones deberemos entender que cuanto mejor estén articulados estos pilares, mejor estaremos preparados para movilizarnos como compañías hacia una manera de pensar más digital, cuando ya es un hecho el imperativo de la transformación digital.
Son muchas las ilustraciones de un triángulo que integra las personas, la tecnología y los procesos. Las organizaciones requieren personas capacitadas, tecnología adecuada y procesos que faciliten que podamos desarrollar nuestro trabajo de forma más eficiente, lo que logrará mejorar la productividad. Conseguiremos sólo así «trabajar de forma más inteligente».
Nuestra capacidad para producir más, con mejoras impulsadas por nuevas ideas, innovaciones tecnológicas y nuevos modelos y procesos de negocio, posibilitará en gran medida, aumentar también nuestra velocidad de transformación como compañía y adentrarnos así en la digitalización con una mayor definición de la organización.
Ahora bien, si ignoramos las personas en la implementación de la transformación digital, difícilmente llegaremos a lograrla. De igual modo si invertimos en tecnología sin tener en cuenta a las personas el resultado no va a ser distinto. Es crítico capacitar a las personas que integran las organizaciones en el uso de las nuevas tecnologías y sistemas de información sobre los que se apoyan los procesos.
En conclusión, solo así llegaremos a la madurez necesaria para abordar un proceso real de transformación digital, en un viaje que pasará necesariamente por cambiar nuestra cultura como compañía, nuestros hábitos y nuestra relación con la tecnología. Es aquí donde de algún modo entiendo que la tecnología somos nosotros. Ésta puede mejorar nuestras vidas, interacciones, el conocimiento e incluso resolver los grandes desafíos, pero no es la tecnología por si sola, sino lo que nosotros hacemos con ella y nuestras capacidades y talento. Por todo ello, me gusta pensar que la Revolución Digital no es solo una revolución tecnológica, sino que es profundamente humana y pone en el centro a las personas.