En un entorno tan voluble, la evaluación de las habilidades blandas o soft skills en los procesos de selección se ha convertido en algo crucial, principalmente en el caso de búsqueda de candidatos para puestos intermedios y directivos.
No sólo las habilidades digitales han aumentado, también las competencias o soft skills, entran en este grupo vital de habilidades sociales, emocionales, y cognitivas avanzadas, que las empresas buscan en los candidatos.
¿Cómo podemos evaluar estas habilidades manteniendo la calidad y agilidad del proceso?